Investigación sugiere que las siestas cortas podrían proteger la salud del cerebro
Un estudio del Biobanco del Reino Unido, realizado por las investigadoras Victoria Garfield y Valentina Paz, analizó datos de 378.932 personas de entre 40 y 69 años y encontró un vínculo causal entre las siestas diurnas y un mayor volumen cerebral total, indicador asociado con menor riesgo de demencia.
La investigación, publicada recientemente, utilizó aleatorización mendeliana para estudiar 97 segmentos de ADN relacionados con la predisposición a tomar siestas. Los participantes con esta predisposición mostraron un volumen cerebral equivalente a varios años menos de envejecimiento.
Aunque no hubo cambios en otras funciones cognitivas, el estudio señala que siestas breves de hasta 30 minutos podrían ofrecer cierta protección contra la neurodegeneración al compensar la falta de sueño.
Los autores advirtieron que los resultados podrían no aplicarse a otras poblaciones, ya que todos los participantes eran de ascendencia europea.
